Palabras perdidas en libros de cuento
que nunca se hacen realidad
porque nadie sabe leerlos.
Batallas extintas en culturas
que ya no reconocen a los suyos.
Imágenes en blanco y negro
de una realidad alternativa
que creamos a nuestro gusto.
Triste arrogancia que se escapa
de bocas tan profundas como el ego
de quienes creen ser más.
Apacibles nómadas de tierras olvidadas
inundadas de melancolía hipócrita
que enriquece la otra cara del mundo.
Inherencia de ideas masivas e inútiles
en un sociedad ridículamente consumista
de todo aquello que cree apariencia
Ocasiones que pasan menospreciadas
como trenes oxidados en pueblos
de una época siempre mejor.
Impulsos de soberbia indescriptible
a ojos de quienes no nos conformamos
con un tiempo que desmerece.
Sinapsis sin señal que produce un eco apagado
que retumba en paredes forjadas
con el sistema propagandístico europeo.
Valores como gotas que se desploman
en alcantarillas que nunca se colapsan
de las mentiras que habitan el mundo.
Condiciones auto-impuestas por falta de razón,
aquello que nos hace homínidos
solo a nuestros ojos.
Verdades acosadas en esquinas
a golpe de periódicos que incitan
a vivir en ellos como si sus letras
fueran más versos que la poesía.
Coherencia química y transgénica
que aguante escenarios sobre los que desplegar
el arte de las sombras chinas
como magia que trata de engañarnos.
Manos necias que actúan por castigo
a uno mismo desconociendo las consecuencias
que nos llevan a la misma piedra.
Ambición exiliada en diccionarios
en los que todo vale como solución
a recortes que creen autómatas.
Canibalismo en cubierta
financiado por contingencias que escriben la historia
de como acabar con el ecosistema
en 21 días.
Tradición como carteles pegados
encima de soluciones sostenibles
que no interesan.
Paciente angustia bucólica
que sin remedio tragamos y digerimos
como rumiantes en un pasto
sembrado por nosotros mismos.
Guerras analfabetas de diptongos imposibles
que acaban en hiatos muertos
en escuelas vacías.
Maravillas deconstruidas
a imagen y semejanza de cuantos conocen
de la verdad tan solo la queja.
Prisiones de cultura sedienta
en medio de desiertos de neuronas.
Relatos sin fe traducidos a realidades
escritas en papel reciclado con sangre.
Fonemas aglomerados
en voces de papel.
Silencios que lloran olvidos que no fueron.
Conciencias que nacen caducas.
Existe alguna esquina de hoja libre
donde cabalgar la pluma, clavar poesía,
sobrevivir a tiempos y aprender a sernos.