Palabras, ilusiones, ideas.
Todas agolpadas, juntas, revueltas.
Incondicional caos aperitivo de la tormenta que se intuye.
Calles, coches, edificios.
Todas llenas, rápidas, frías.
Convicción de algo de orden mayor en un mundo pequeño.
Ventanas, puertas, entretiempos.
Todos limpios, claros, abiertos.
Es la hora de empezar a hacernos grandes por dentro.
Decisiones, errores, éxito.
Difíciles, complejos y necesarios.
No es un tren, es la vida misma, o la coges o caducas.